Mansur Hallay

Traducido del árabe por Milagros Nuin

Edición de Clara Janés 

Fue en la cárcel, con cuarenta y tres años, donde escribió la mayor parte de su obra, prohibida tras su martirio en la cruz en 922. Se trata, por tanto, de una obra de madurez en la que se hayan los ecos del gran poeta abbasí Abu Nuwás y de cuyo estilo y universo simbólico se alimentaron los místicos islámicos posteriores.

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Aquel mártir de Dios, en el camino de Dios; aquel león del bosque de la verdad; aquel valiente adelantado de lo verdadero; aquel náufrago en un mar proceloso, Husayn Mansur Hallay…

Farid ad-Din Attar, «Sobre Husayn b. Mansur Hallay», Memorial de santos

«Tu imagen está en mi ojo y Tu recuerdo en mi boca/ y Tu morada en mi corazón, ¿dónde te escondes entonces?». El verso pertenece al poeta sufí Mansur Hallay… y su poesía debería resultarle familiar a cualquiera que haya leído Espacio de Juan Ramón Jiménez, e incluso Muerte sin fin de Gorostiza. Que el pensamiento sufí no es extraño al desarrollo del pensamiento occidental es cosa sabida… Lo importante es que tal influencia nos permite leer a un poeta (y filósofo) cuya obra no ha dejado de tocar a ningún autor islámico posterior (hasta hoy) como si leyésemos a uno de los nuestros… Viajero arriesgado, estuvo en la India, el Turquestán y Cachemira, aprendió yoga antes de adentrarse en China. En 903 se instala en Bagdad y comienza a predicar contra la pertinencia de sacerdotes en el diálogo con la Divinidad. Tras doce años de cárcel le crucificaron y cortaron la cabeza. Un modelo de coherencia y constancia, y un poeta excepcional cuya obra no ha perdido ni lucidez de pensamiento, ni fuerza expresiva, ni valor.

Juan Carlos Suñén, «Él es aquella», Blanco y Negro Cultural, 15/2/2003.

¿Qué extraño azar —diría Borges— hace que al tiempo que esas dos mágicas ciudades son arrasadas por la guerra y los bombardeos, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo —siempre por medio de la benemérita y hacendosa Clara Janés— publiquen, en edición bilingüe, el Diván de Mansur Hallay, el gran poeta místico bagdadí, que en el año 922 murió en Bagdad martirizado, crucificado como hereje, por proclamarse uno en el amor con Dios?… Bagdad no es hoy la ciudad del brocado ni la del vino consentidamente hereje. Vuelve a ser la ciudad donde los más duros atormentaron a Mansur Hallay, que acaba de ser bellamente traducido por Milagros Nuin y Clara Janés. El mártir Hallay. Bagdad es su ciudad, también ahora.

Luis Antonio de Villena, «Elogio de Bagdad», El Mundo, 9/4/2003

Desde nuestra soberbia occidental es difícil imaginar el nivel de vida intelectual en Bagdad hace más de mil años, que vivió bajo los califas abasidas una eclosión cultural incomparable como centro de las artes y las ciencias. Una idea aproximada del refinamiento espiritual de aquella época lo ofrece esta colección de poemas, el Diván del gran maestro sufí… Mansur al Hallay fue un buscador imperturbable de la verdad… y un enamorado de Dios poco ortodoxo, que encontraba el sendero místico incluso en las técnicas del yoga; un discípulo le sorprendió rezando cabeza abajo. Igual de inconvencionales son sus versos. Precisas y translúcidas son las descripciones de lo indescriptible, las metáforas deslumbran por su originalidad, y conmueven la pasión y la sutileza de las invocaciones al amado.

Cecilia Dreymüller, «Místico cabeza abajo», Babelia, 27/7/2003

Información adicional
Colección

Poesía, 18

ISBN

9788487198847

Año de publicación

2002

Páginas

192

Tamaño

210 x 125 mm

Peso

269 g

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