Julián Rodríguez-Marcos - In Memoriam

La temprana muerte de Julián Rodríguez-Marcos, que, además de director literario de la editorial Periférica, era escritor y había fundado la galería de arte Casa sin fin, nos priva de uno de esos editores que han dado color al paisaje literario en español, amenazado por la brutal expansión de esas nuevas especies invasoras que trajo el mercado de best-seller impuesto por los grandes grupos. Periférica es una editorial relevante, no solo por haber iniciado su andadura en Cáceres, sino sobre todo por su arriesgado catálogo, la auténtica seña de identidad de un editor.

No pocas veces nos ha sucedido, al buscar textos olvidados de autores muy queridos, encontrarnos con que ya habían sido publicados por Periférica. En una época en que el mercado literario está dominado por la publicidad y el marketing, esa "edición sin editores" de que hablaba André Schiffrin, hay que creer en la literatura para arriesgarse a publicar a autores no ya fallecidos, y que, por tanto, no pueden participar en conferencias de prensa ni entrevistas, el soporte habitual de lanzamiento de un libro, sino a autores del siglo XIX, culpables de publicar una literatura "decimonónica", es decir, anticuada y pasada de moda segun el nuevo canon de la industria editorial. Desde sus inicios, en 2006, con la colección Biblioteca Portátil, apostó por libros como Pensamientos y rivarolianas, de Antoine de Rivarol (1753-1801); Vanina Vanini (1829), de Stendhal; Mujeres lo bastante ricas (1830), de Honoré de Balzac;  Cécile (1851) y El cuaderno rojo (1807), de Benjamin Constant; El testamento de un bromista (1869) y Recuerdos de un estudiante pobre (1884), de Jules Vallès;  La vida en el campo (1880), de Giovanni Verga, Adán y Eva en el Paraíso (1897), de Eça de Queirós; Pasos en la arena (1909), de Remy de Gourmont... Pero no solo autores consagrados, también autores importantes no tanto por su obra como por su significado, es el caso de Escuela de rebeldía (1923), del anarquista catalán Salvador Seguí.

A esta colección siguieron otras que han hecho de la editorial fundada por Julián Rodríguez-Marcos y Paca Flores una de las más necesarias en nuestro asolado paisaje editorial.