André Gide

Traducción y notas de Fernando García Burillo.

En Amyntas, Gide nos traslada a una Argelia idílica, lugar para el placer y la contemplación, que recorremos de la mano de una prosa fulgurante y poética, raramente igualada.

 

 

 

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«Amyntas (nombre de uno de los pastores de las Bucólicas de Virgilio, libro que Gide releyó toda su vida) reúne textos que van de 1899 a 1904. Mopso –otro nombre eglógico– es un bello poema en prosa, donde aún alienta puro el fervor por los oasis y la sensualidad de los pastores de cabras, como el antiguo amigo Athman, que tocan el agreste caramillo. En la última parte del libro, La renuncia al viaje (en modo de notas, con ese aspecto de forma informe que tanto amó su autor) la fascinación por el paisaje africano deja lugar –sin perderse– a un desengaño».

Luis Antonio de Villena, «El fin de un fervor africano», El Mundo-La Esfera, 7/6/1997

 

«Es una lírica demente la que logra Gide en Amyntas; “el poeta –mantiene Luis Cernuda– está ya en posesión entera de sus dones, y ni antes ni quizá después podrá alzarse su voz con igual gracia y tersura. Difícil es escoger en la obra de Gide, pero si nos viéramos obligados a ello, Amyntas sería el libro preferido. Bien conozco que dicha preferencia, como en general toda preferencia afectiva, no va sin injusticia consciente, a veces con nostalgia, para con lo que así se excluye. El propio autor ha dicho: Ils n’ont pas été nombreux, pour s’apercevoir que je n’avais rien écrit de plus parfait qu’Amyntas”».

Alberto Guallart, «Amyntas: El narcisismo incontrolado de André Gide», El Correo de Andalucía, 13/6/1997

 

«Un libro inactual que embellece la oportunidad dispuesta al lector por placer, aquel lector escaso alejado de los tráfagos literarios de la moda masiva».

Soren Peñalver, «Un libro inactual», La Opinión, 27/6/1997

 

«Éste es un libro verdaderamente hermoso, lleno de paz e inquietud».

José M Guelbenzu, «Las palabras de felicidad de André Gide», El País, 9/8/1997

 

«Este libro es la gota destilada, prematura pero eterna, de uno de los más grandes hommes de lettres de nuestro siglo… Amyntas resulta un libro delicioso para leer en el estival bochorno de las letras porque es un soplo de brisa inteligente».

José Luis de Juan, «Gide en el desierto», Diario de Mallorca, 19/9/1997

 

«He aquí este precioso libro, uno de los mejores de la primera etapa del escritor, que con él empezaba a liberarse de ella, y que aparece ahora en una cuidada primera versión española. Leer a Gide es siempre un placer y una lección».

Rafael Conte, «Amyntas», ABC literario, 20/9/1997

 

«De la fascinación por el Maghreb reflejada en el diario surgen Los alimentos terrenales (1897), El inmoralista (1902), y este Amyntas (1906) con que las exquisitas Ediciones del Oriente y del Mediterráneo inauguran Periplos, una colección de viajes. Mientras que los otros dos textos están más elaborados, lo que no los hace forzosamente mejores, Amyntas es la simple transcripción de fragmentos del diario. Conserva una de las mayores cualidades de éste: lo que su prologuista Éric Marty define como “intensidad del presente’”».

Laura Freixas, «El jardín donde el tiempo se reposa», Revista de Libros, nº 16, abril 1998

 

Amyntas es el nombre de uno de los pastores de las «Bucólicas» del gran poeta Virgilio, una obra que André Gide siempre llevaba consigo y que releyó innumerables veces durante toda su vida. Elegirlo como título de este libro es toda una declaración de intenciones, el verdadero tema de esta obra es la celebración de haber descubierto un paraíso en la Tierra, un lugar tan mágico como el norte de África, lleno de sensualidad, paz y calor, cuajado de belleza, de maravillosos paisajes, oasis y palmeras, de música tranquila y lánguidas bailarinas. «Aquí es la vida más voluptuosa e inútil, y menos difícil la muerte» y «El desierto me gusta infinitamente» llega a decir en estas páginas el escritor francés.

Aquí se reúnen cuatro textos, escritos entre 1896 y 1904: «Mopso» otro nombre pastoral–, un delicado poema en prosa sobre la belleza del paisaje argelino y la hermosura de los pastores de cabras que tocan el caramillo; «Hojas de ruta», un diario de viaje lleno de encanto, que nos habla de un Túnez armonioso y sereno, de cielos en los que al atardecer, el blanco se vuelve rosa y el cielo, malva; «De Biska a Touggourt», que narra cuatro días de viaje por el desierto argelino, a través de poblado solitarios y dunas de arena rosa y verde pálido, bajo un cielo rosa y lila, y «La renuncia al viaje», un conjunto informal de notas de viaje por Argelia y Túnez.

El encanto de este texto delicioso estriba en el exquisito estilo que despliega el autor en estas páginas llenas de poesía, de delicadas descripciones, de calma y retazos de belleza. Un libro muy especial, que para Gide era uno de los mejores que había escrito.

Me atrevo a imaginar que quizás el joven André encontró tanta hermosura en estos viajes por África, su Edén particular, su lugar en el mundo, porque allí, además de la belleza de desierto, descubrió, entendió y seguramente vivió sin grandes problemas su homosexualidad, de la mano de otro gay ilustre, el gran Oscar Wilde.

En cualquier caso, estamos ante un libro bellísimo e intenso, lleno de encanto y poesía, de quietud y disfrute. Una obra que, para muchos, es la mejor escrita por André Gide, en la que se encuentra plenamente a sí mismo como poeta, que marcó un punto de inflexión en su trayectoria literaria y dió lugar a sus mejores libros. Para rematar, dejemos hablar de nuevo a este parisino entusiasmado con el Magreb: «¿A quién le podría hablar del valor secreto de este libro? A unos pocos; los otros se decepcionarían».

Hay que agradecer el excelente trabajo de traducción realizado a Fernando García Burillo, editor y traductor que ha realizado un estupendo trabajo.

Antonio F. Rodríguez, La antigua Biblos, 20 de junio de 2023

[artículo completo en La antigua Biblos]

Información adicional
Autor

Periplos

1

Año de edición

1997

EAN

978-84-87198-39-7

Traducción y notas

Fernando García Burillo

Páginas

160

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