Ilhan Berk (Manisa, 18 de noviembre de 1918 – Bodrum, 28 de agosto de 2008) es uno de los más grandes poetas turcos del siglo XX. Sus primeros poemas, dominados por los ideales de libertad e igualdad, reflejan la vida en el campo, el trabajo industrial y la dureza de la vida urbana, así como su amor, esperanza y exuberante alegría frente a la vida y el mundo. Entregado a una poesía cuya belleza deriva solo de la imagen, la metáfora y, en último término, del lenguaje mismo se opuso a la “poesía tipo relato”. Abierto a la poesía occidental contemporánea, contribuyó a difundirla con sus traducciones y antologías. A ese período pertenecen sus libros Mar de Galilea (1958), Escritura cuneiforme (1960), Pabellón real y Galeón egipcio (1961), con numerosas imágenes de las antiguas civilizaciones (Homero, Mesopotamia, antiguo Egipto) y referencias a la Biblia, entretejidas con la vida de las minorías en Beyoglu, las impresiones de la vida callejera de Estambul y Ankara, la sexualidad, la naturaleza, el aburrimiento, la soledad y la muerte. Si en un comienzo construía poemas extensos, a modo épico, pasó luego a poemas cortos y a utilizar recursos de la poesía clásica. Ocasionalmente escribió prosa poética, como en El libro de las hierbas curativas (1982) y Gálata (1985). Sus ideas sobre poesía y sus experiencias de viajes se recogen en Hay un sol en los manuscritos (1983) y Un hombre alto (1982). Río hermoso apareció en 1988. Como muy oportunamente ha destacado Abidin Dino, excelente pintor y crítico de arte, “la palabra clave de Ilhan Berk parece ser mirar”. En efecto, Ilhan Berk es, también, un dibujante pletórico de inspiración, como ha revelado en la última muestra de su obra pictórica, alguno de cuyos dibujos ilustran la edición española de Río hermoso.
Títulos del autor
Ilhan Berk (Manisa, 18 de noviembre de 1918 – Bodrum, 28 de agosto de 2008) es uno de los más grandes poetas turcos del siglo XX. Sus primeros poemas, dominados por los ideales de libertad e igualdad, reflejan la vida en el campo, el trabajo industrial y la dureza de la vida urbana, así como su amor, esperanza y exuberante alegría frente a la vida y el mundo. Entregado a una poesía cuya belleza deriva solo de la imagen, la metáfora y, en último término, del lenguaje mismo se opuso a la “poesía tipo relato”. Abierto a la poesía occidental contemporánea, contribuyó a difundirla con sus traducciones y antologías. A ese período pertenecen sus libros Mar de Galilea (1958), Escritura cuneiforme (1960), Pabellón real y Galeón egipcio (1961), con numerosas imágenes de las antiguas civilizaciones (Homero, Mesopotamia, antiguo Egipto) y referencias a la Biblia, entretejidas con la vida de las minorías en Beyoglu, las impresiones de la vida callejera de Estambul y Ankara, la sexualidad, la naturaleza, el aburrimiento, la soledad y la muerte. Si en un comienzo construía poemas extensos, a modo épico, pasó luego a poemas cortos y a utilizar recursos de la poesía clásica. Ocasionalmente escribió prosa poética, como en El libro de las hierbas curativas (1982) y Gálata (1985). Sus ideas sobre poesía y sus experiencias de viajes se recogen en Hay un sol en los manuscritos (1983) y Un hombre alto (1982). Río hermoso apareció en 1988. Como muy oportunamente ha destacado Abidin Dino, excelente pintor y crítico de arte, “la palabra clave de Ilhan Berk parece ser mirar”. En efecto, Ilhan Berk es, también, un dibujante pletórico de inspiración, como ha revelado en la última muestra de su obra pictórica, alguno de cuyos dibujos ilustran la edición española de Río hermoso.