El enjambre ardiente de Yamen Manai en el programa Mediterráneo de Radio 3

 

El domingo 14 de enero de 2024, Pilar Sampietro dedicó el programa Mediterráneo al libro El enjambre ardiente, del escritor tunecino Yamen Manai, que acabamos de publicar.

A su pregunta

¿Se puede explicar la crisis política, social y medioambiental que vivimos por lo que le pasa a un apicultor y a sus abejas?

Yamen Manai respondió:

No sé si la historia del enjambre ardiente es suficiente para explicar una crisis de dimensiones tan intrincadas como la que estamos viviendo, pero es una variación, una descripción, una faceta. Tenía la ambición de describir cómo los acontecimientos que ocurren en lo alto de los serrallos, a menudo motivados por una codicia sin fondo y sed de poder, impactan en la vida de estos grandes ausentes del decorado, este decorado moderno que nos rodea y donde se desarrolla ante nuestros ojos cada día la comedia política, contada por medios cada vez menos independientes y redes sociales cada vez más escindidas.

Como ausentes del decorado no me refiero solo a la persona del apicultor, sino también a una parte de la vida con la que ya no estamos acostumbrados a encontrarnos: las abejas.

Pero estos grandes ausentes son la vida misma, su verdadera sustancia, su miel. Son los seres más frágiles los que deben estar en el centro de nuestra atención, porque su fragilidad desempeña un papel esencial en nuestra propia supervivencia. Las abejas polinizan dos tercios de lo que comemos. Su desaparición conducirá a la nuestra.

El poeta francés Paul Valéry decía: “La política es el arte de distraer a la gente de lo que realmente les interesa. Yo añadiría que la literatura es el arte de conseguir que la gente se interese por lo que realmente les interesa.

 

 

Añadimos el enlace al programa: El enjambre ardiente. Túnez a través de las abejas


NOVEDAD PRIMAVERA 2021

Un viaje de un día desde Mitilene a Aivalí. Y allí, entre dos orillas, en medio del mar, un viaje por el tiempo. Por la Historia ensangrentada. Por lo que divide a las personas de este pequeño estrecho. Por lo que une a todos los pueblos de la tierra.

El Desastre de Asia Menor. Desarraigo. Patrias perdidas. Tratado de Lausana. El primer intercambio de población a gran escala en la historia contemporánea. Cientos de tragedias, incontables historias de personas perseguidas. La mayoría de estas historias, desconocidas. Otras en cambio, las que los refugiados contaron a sus hijos y a sus nietos, se desdibujan poco a poco. Se hunden en el olvido, se pierden. Muy pocas historias llegaron a llevarse al papel. Muy pocas se salvaron, para erigir la memoria ante los errores humanos que, cuando se olvidan, se repiten.

Allí, en las fronteras marítimas, en el estrecho paso entre la isla de Lesbos y las costas de Asia Menor, se despliegan cuatro de estas historias. Cuatro personas de Aivalí nos narran. Tres griegos y un turco: Fotis Cóndoglu, Ilías Venesis, Agapi Venesi-Moliviati y Ahmet Yorulmaz.

Y cuando vuelves a pisar esta tierra, el presente procura arreglar cuentas
con el pasado. El viaje no ha concluido.

Ficha técnica
Autor del texto y las ilustraciones: Soloúp
Título: Aivalí: Una ciudad grecoturca en 1922
Presentación: Bruce Clark
Traducido del griego por Marta Gámez y María López Villalba
ISBN: 978-84-121662-5-5 - Nº de págs. 432
PVP: 27 €

Puedes escuchar el programa dedicado a Aivalí y la entrevista de Pilar Sampietro a su traductora María López Villalba en Mediterráneo


Nayi al-Ali: la mirada del artista

Teresa Aranguren
contacta@infolibre.es @TereAranguren
  • La ingente obra del creador de Handala apenas es conocida en Europa. Ediciones de Oriente y el Mediterráneo saca ahora a la luz una amplia selección sus viñetas
  • El artista árabe, uno de los grandes del siglo pasado, murió de un disparo en la nuca en un atentado nunca reivindicado, nunca esclarecido, en Londres. Lejos de Palestina

 

La figura de un niño con la cabeza gacha, las manos entrelazadas a la espalda y cuatro pelos tiesos en lo alto de su cocorota asoma entre los escombros de las casas demolidas, atraviesa las alambradas, trepa por el muro de cemento que rodea barrios, pueblos, vidas. Es, como la kufiya de cuadros blancos y negros, el símbolo más internacional de Palestina. O más exactamente de la resistencia palestina.

Se llama Handala, que es el nombre de una planta dura y resistente que crece en lucha contra las inclemencias del tiempo. Tiene diez años, la edad que tenía su creador cuando, junto a su familia, los vecinos de su pueblo y tantos de sus paisanos, fue expulsado de su tierra, perdió su mundo, los paisajes de su infancia y se convirtió en refugiado. Nayi al-Ali nació en el norte de Palestina, en la región de Galilea, en una aldea de nombre Asshayara, que en árabe significa el árbol, porque dice la leyenda que Jesús, el galileo, en una de sus caminatas de predicador por esas tierras, buscó cobijo a la sombra del frondoso árbol que dio nombre a la aldea. Pero ya no hay aldea con ese nombre. Asshayara ya no figura en los mapas israelíes.

Nayi al-Ali creció en el campamento de refugiados de Ain el-Helwe, en el sur de Líbano. Allí se hizo hombre y se definió como artista. Sus primeros dibujos los hizo en los muros del campamento. "Handala siempre tendrá diez años, no crecerá hasta que no pueda volver a Palestina", dijo en una entrevista a finales de los setenta, cuando ya era un dibujante famoso en todo el mundo árabe y su viñeta de Handala empezaba a convertirse en símbolo.

Un niño cabizbajo y con los pies descalzos nos da la espalda, casi como un reproche, quizá porque no miramos lo que él mira, porque no vemos lo que él ve. Y lo que el niño Handala ve, es lo que el artista Nayi al-Ali dibuja: el paisaje de una Palestina despojada y resistente. Campos erizados de espinas, ciudades bombardeadas, padres que cargan en sus brazos el cuerpo inerte del hijo, una maceta que crece entre los barrotes de la cárcel, una mujer que acoge en su regazo al fedai herido… Como la imagen de una pietà.

Hay muchos símbolos cristianos en la obra de Nayi al-Ali: Cristo con la kufiya o con la llave del retorno al cuello, el crucificado que desclava una pierna para asestar una patada al soldado israelí, dos mujeres abrazadas, una con una cruz, la otra con un pequeño Corán, como colgantes. Casi siempre, allí donde aparece una cruz asoma también la media luna islámica. Son símbolos religiosos, pero su sentido, aunque parezca contradictorio, es laico, lo cristiano forma parte de la identidad pluriconfesional de la sociedad palestina y hacerlo visible recalca el carácter nacional, no confesional, no islamista, de su lucha.

Lo propio de un artista no es inventar sino mirar más hondo y más largo. Y ver. Ver aquello que estaba ahí esperando ser visto, ser expresado, dicho, cantado, tallado, dibujado. Y nombrado al fin. El artista pone nombre a lo innombrado y nos lo muestra, nos obliga a mirar. Como las viñetas de Nayi al-Ali nos obligan a mirar lo que ocurre en Palestina. Sin excusas, directamente, a pecho descubierto.

Nayi al-Ali, uno de los grandes artistas árabes del siglo pasado, murió de un disparo en la nuca en un atentado nunca reivindicado, nunca esclarecido, en Londres. Lejos de Palestina. Era el año 1987. Desde entonces el influjo de su obra ha ido creciendo hasta convertirse en referente fundamental de la lucha por la justicia en todo el mundo árabe. Y creo que no hay familia palestina que no tenga en algún rincón de su casa un llavero, un cartel, un colgante, una camiseta, un muñeco con la imagen de Handala.

Aun así, la ingente obra de Nayi al-Ali, más allá de su viñeta del niño Handala, apenas es conocida en Europa y particularmente en España. Por eso es muy de agradecer que los responsables de Ediciones de Oriente y el Mediterráneo, siempre atentos a lo que ocurre al otro lado del mar que llamamos nuestro, haya sacado a la luz una amplia selección de las más de 12.000 viñetas que el artista dibujó a lo largo de su vida. El libro Palestina. Arte y resistencia en Nayi al-Ali es una bellísima y estremecedora muestra de la obra de un artista comprometido hasta la médula con su pueblo. Sus dibujos nos obligan a mirar la atroz realidad que sufrió y sufre Palestina. Nos obligan a mirar. Y a ver.

Artículo completo en infolibre.es

Y hoy, domingo 17 de enero, en el programa Mediterráneo que conduce Pilar Sampietro, entrevista con Teresa Aranguren sobre la figura de Nayi al-Ali y las claves para comprender a Handala: Handala en Palestina. Arte y Resistencia