EN EL DÍA DEL LIBRO, LIBROS CONTRA LA GUERRA EXPRESA SU SOLIDARIDAD CON PALESTINA

Nosotros-amamos-la-vida-Mahmud-Darwish
Poema Nosotros amamos la vida, del escritor palestino Mahmud Darwish

https://drive.google.com/file/d/1vg1SxvzRnCcyFxQM6h1Kt7lnRBZVpI69/view?usp=sharing

 Desde Libros contra la Guerra, una red de librerías y editoriales comprometidas con la desmilitarización social, la justicia y la veracidad, el Día del libro hacemos público el siguiente vídeo en solidaridad con Palestina.

 

TEXTO COMPLETO

Una tormenta de fuego y odio castiga a Palestina. Miles y miles de personas pierden todos los días en Gaza sus hogares, escuelas, hospitales… sus vidas. Un inmenso dolor se añade al de siempre, el que comenzó hace 75 años con la expulsión en masa de un millón de habitantes para crear por la fuerza militar el Estado de Israel en 1948. No es solo una guerra, es pura limpieza étnica, es un genocidio.

 

En “Libros contra la Guerra”, una red de librerías y editoriales puestas en pie contra las guerras que reúne a una multitud de proyectos culturales comprometidos con la desmilitarización social, la justicia y la veracidad, nos negamos a ser parte del encubrimiento sistemático de décadas de colonización israelí que ha arrastrado a Palestina a una desgracia infinita. Hoy presenciamos un nuevo capítulo de la “Nakba”, de la catástrofe, con las fuerzas de ocupación israelíes cometiendo ataques aéreos mortíferos en la Franja de Gaza, intensificando su bloqueo ilegal que dura ya 16 años, cortando el suministro de agua, combustible y otros bienes esenciales. Además, las fuerzas israelíes han detenido a más de 2.000 personas en la Cisjordania ocupada incrementando el uso de la tortura y otros malos tratos y negando a quienes detienen y a las presas en cárceles israelíes —6.800 personas— el acceso a visitas familiares y a ayuda médica. Mientras escribimos esta declaración, 1,5 millones de habitantes de Gaza, la mayoría refugiadas allí por agresiones israelíes anteriores, han sido desplazadas de sus casas a medida que el bloqueo israelí las priva de alimentos, agua, combustible y suministros médicos básicos, y más de 10.000 han sido asesinadas en todo un mes de bombardeos, 4.200 menores de edad, niñas y niños. Hoy, en un contexto occidental de auge del fascismo, hacemos un llamamiento a la honestidad sobre el pasado y el presente. Exigimos libertad y justicia para Palestina.

 

En este momento crítico, debemos utilizar todas nuestras herramientas culturales para detener el exterminio de Palestina y sus gentes. Los crímenes del Estado de Israel se apoyan en la destrucción progresiva de la memoria palestina, incluida la destrucción de archivos de su historia, y en una ola creciente de desinformación, la última de una larga campaña para normalizar los asentamientos y la violencia israelíes y, finalmente, conseguir adueñarse de todas las tierras palestinas. Quienes vivimos en países con gobiernos aliados de Israel tenemos la obligación especial de fortalecer el conocimiento público sobre la colonización de Palestina y sus dramáticas consecuencias, y luchar contra el olvido premeditado, la desinformación y la mentira.

 

Llamamos a:

– Informarse sobre el contexto histórico y las causas fundamentales de los acontecimientos actuales.

– Desconfiar de la supuesta neutralidad informativa. Muchas fuentes de noticias se esfuerzan por presentar las afirmaciones de cada «parte» sin una investigación o contexto independiente, lo que permite propagar la desinformación y encubrir la naturaleza de los acontecimientos actuales.

– Manifestarse contra la censura y apoyar a quienes quieren silenciar por hablar con honestidad sobre la situación en Palestina arriesgando sus profesiones y derechos.

– Que se defienda el derecho a la información y, en coherencia, se restablezca el acceso a Internet en Gaza, junto a todas las demás disposiciones humanitarias.

– Frenar la propaganda de guerra israelí con el desarrollo de programas y actividades en cualquier ámbito cultural y educativo o de enseñanza que incluyan voces palestinas y corrijan narrativas distorsionadas.

– Respaldar la campaña Palestina de «Boicot, desinversión y sanciones» (BDS) que busca presionar al Gobierno israelí para que cumpla con los estándares de derecho internacional, recomendaciones y resoluciones de organismos internacionales como las Naciones Unidas.

– Participar en las movilizaciones de protesta y solidaridad con Palestina.

 

Exigimos:

– Que nuestro gobierno denuncie con rotundidad las contravenciones israelíes del derecho internacional, las persiga judicialmente por tratarse de crímenes de lesa humanidad, y en coherencia, ponga fin al comercio de armamento con Israel. Solo en 2023, el Reino de España ha comprado material militar a Israel por valor de 300 millones de euros, unido a otros 700 millones comprometidos en adquisición de armamento para los próximos años.

– La entrada inmediata de ayuda humanitaria a Gaza, el cese de los ataques y el fin definitivo del asedio.

– El fin total y completo de la ocupación israelí y el respeto al derecho al retorno de todas las personas palestinas exiliadas.

 

La libertad en Palestina está estrechamente vinculada a la lucha global contra el racismo y la creciente islamofobia, estas fuerzas se interponen en el camino hacia la liberación mundial. Como proyectos culturales que nos esforzamos por fomentar el diálogo, el aprendizaje y el pensamiento crítico, derribar estas barreras es nuestro mayor deseo. Necesitamos estrategias y tácticas que funcionen a largo plazo, que puedan guiarnos en la acción de forma efectiva. Desde esta perspectiva, nos comprometemos a difundir voces de todas las procedencias que exigen una solución política y noviolenta del conflicto, incluso cuando esta parece estar más lejos y cuando desde los poderes estatales y los grandes medios de comunicación siguen empeñados en hacernos creer que todo empezó el pasado 7 de octubre. Creemos que es posible analizar las causas y las consecuencias de lo que está pasando sin asumir con resignación que la violencia es la única solución posible. La ocupación y la guerra para perpetuarla es un crimen contra la humanidad. ¡Del río al mar, Palestina será libre!”.

 


Un niño en la guerra

libros-contra-la-guerraSaid Ferdi nació en Argelia. Detenido por una patrulla francesa cuando solo tenía trece años, fue torturado y obligado a colaborar con el ejército francés, pasando a ser considerado un traidor por sus compatriotas.

En estas páginas se escucha una voz pocas oída en la literatura, e, incluso, en la historia; una voz inolvidable, de una penetrante dulzura, de un doloroso candor y de una resignación que viene de muy lejos. Es la voz de un pobre que se sorprende de todo, pero al que nada, ni siquiera los acontecimientos más terribles, sorprende de veras.

Un-niño-en´la´guerraSaid Ferdi pertenece a una familia pobre y numerosa del macizo del Aurès; su padre era obrero agrícola en la finca de un colono rico. Producto típico de la explotación colonial y del desprecio que los pied noirs sienten hacia los nativos, su destino parece estar trazado de antemano. Así habría sucedido de no ser por un pequeño detalle que Said Ferdi no olvida consignar y que altera la mecánica de los hechos: se trata del deseo, la obstinación del padre para que sus hijos, y también sus hijas, acudieran a la escuela árabe. La cadena de la explotación se rompe por culpa de este sueño de emancipación. El autor relata cómo sus aspiraciones a la dignidad y, por consiguiente, a la independencia, se manifiestan en la escuela a través de las palabras del maestro. Siendo así, ¿debemos sorprendernos si es, precisamente, camino de la escuela donde la desgracia se abate sobre Said? Detenido por una patrulla francesa, el niño —todavía no ha cumplido catorce años—, dos de cuyos hermanos se han sumado a la rebelión y lleva en la cartera un libro con cantos patrióticos, será salvajemente torturado y mantenido como prisionero en el cuartel...

No recuerdo haber leído requisitoria más implacable en su simplicidad contra la lógica de la guerra que el libro de Said Ferdi. Al hilo de sus páginas asistimos al hundimiento y de la disgregación de la más mínima esperanza de reconciliación franco-argelina. Ahora bien, este terrible embrollo no es en absoluto culpa de los hombres, sino que es el resultado de la lógica de la violencia y del salvajismo inherentes a la máquina militar. Así, cuando un brigada borracho se ensaña con Said y le somete a descargas eléctricas, lo que escribe sobre su carne no es sino el fracaso de Francia.

Del Prefacio de Michel del Castillo a Un niño en la guerra.