Rosina Asser Pardo

Traductor: Álvaro García Marín

548 días bajo un nombre falso es el diario que una niña sefardí de Salónica, Rosina Pardo, de nueve años, escribió en griego en 1943 mientras permanecía escondida con su familia en un minúsculo cuarto del centro de la ciudad.

El diario relata, en un lenguaje sencillo y desde una conmovedora perspectiva infantil, los hechos que precedieron a la deportación de los judíos de Salónica desde la Ocupación alemana en abril de 1941.

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NOS PONEN INSIGNIAS
8.º día
El 25 de febrero nos pusieron insignias.
Ese día nadie fue al colegio.
Pero mi hermana y yo sí que fuimos. Quería demostrarles a los alemanes que, por mucho que nos pisotearan, no pensaba dejar los estudios.
Esas insignias eran como unas estrellas amarillas de tela.
¡Oh! Cuando lleguen los ingleses, me decía, las voy a enmarcar todas juntas para acordarme del calvario que estamos pasando.

Salónica bajo la bota nacionalsocialista

Publicado en kaosenlared.net el 30 de noviembre de 2023 / Por Iñaki Urdanibia

La verdad es que con la que está cayendo sobre Gaza, me resulta francamente incómodo escribir sobre este tema, o afines en cierto sentido. Me ronda la cabeza aquello que dijese Edgar Morin en un artículo de opinión en el vespertino Le Monde, por lo que fue denunciado por antisemitismo y llevado ante los tribunales, que lo condenaron en primera instancia para ser absuelto en la segunda vista; la tesis que mantenía es que no comprendía cómo un pueblo que ha sufrido tanto pueda hacer sufrir tanto a sus vecinos (dejo de lado lo adecuado o inadecuado de la utilización, para el caso, del término “pueblo”, que enfrenta a diferentes tendencias, representadas, a modo de ejemplo y en lo que alcanzo, por Shlomo Sand y por Rashid Khalidi). Con Morin, de antepasados sefardíes, se solidarizaron, entre otros, Daniel Bensaïd y Pierre Vidal-Naquet.; los tres nombrados judíos, universales… Añadiré en estas notas iniciales que no se ha de confundir a los judíos con los sionistas, ni se ha de pensar que el Estado de Israel reúna a todos los judíos que en el mundo son, ya que en él solamente vive un tercio de la totalidad, además de que no todos los judíos defienden la política colonialista del estado de Israel, que con su comportamiento se convierte en verdadero enemigo de los judíos. Pero bueno, el tono justificativo, no quita para poner por delante la necesidad de denunciar y condenar todos los crímenes contra la humanidad, evitando, eso sí, establecer un hit-parade o posibles comparaciones de la ignominia.

Rossina Asser Pardo (Salónica, 1933) tardó unos cuantos años en pasar a limpio lo que había escrito en su juventud, estuvo escondida, entre abril de 1943 y octubre de 1944, para evitar los zarpazos de la bestia parda. A la sazón, teniendo diez años, comenzó a escribir sus experiencias bajo el nombre de Rula Caracotsu, para evitar que si se hallaban sus notas fuera descubierta su autora. Tardó, como digo, unos cuantos años, para en 1999 dar a luz su 548 días bajo un nombre falso. Un diario sefardí del Holocausto, traducido y publicado ahora en Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. No supone lo dicho que tras su salida del escondite guardase silencio sobre los sucedido, sino que sus charlas y conferencias en diferentes foros le sirvieron para dar cuenta de las tropelías cometidas en tierras helenas por los señores de la raza pura y sus epígonos locales. Ha de tenerse en cuenta que el 96% de la población judía de Salónica fue deportada al campo de Auschwitz-Birkeneau. Sus padres con sus tres hijas se escondieron en casa de unos conocidos cristianos; ha de tenerse en cuenta que en el lugar no se daba un antisemitismo que marginase a los judíos, pudiendo estos ejercer sus oficios sin cortapisas, lo que iba acompañado —según señala la autora— de muestras de apoyo y simpatía por parte de los ciudadanos de Salónica, de la que el 25% de la población estaba compuesta por judíos sefardíes. Al final de la guerra solamente se contabilizaron setenta supervivientes judíos. Entre los motivos que le impulsaron a publicar sus diarios no juega un papel menor el escuchar palabras como las que venían a decir que «debían haber hecho más jabón con vosotros», frases como esta o similares que todavía hoy se escuchan al decir que los nazis se quedaron cortos. ¡Abominables afirmaciones que lo mezclan y confunden todo!

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Fotografía de Rosina Pardo, la autora de «548 días bajo un nombre falso. Un diario defardí del Holocausto»

El diario va entregando las piezas que en su unión suponen el cuadro total de lo que sucedía a la joven, a su familia y, por extensión, a todos los judíos. Se da cuenta de la entrada de los nazis en la ciudad, las exigencias de llevar la estrella amarilla, la obligación de acudir a las citas a los israelitas de 18 a 45 años, a lo que se sumaba la prohibición de que los judíos realizasen ciertos trabajos u ocupasen ciertos puestos. El maltrato era moneda corriente. Su padre, que tenía asignado el número 5917, no se presentó, lo que suponía que debido a desobedecer las órdenes en vigor pudiese pesar la pena de muerte sobre él. La fatídica fecha fue el 11 de julio de 1942. Las leyes que asignaban a los judíos la reclusión en el gueto se pusieron en marcha.

Se imponían los registros, y los ocupantes requisaban los bienes de los judíos que por su parte organizaban fondos de ayuda a los componentes de la comunidad. La familia se quedó sin la tienda que tenían, mientras las deportaciones eran descritas por sus autores como la promesa de una utopía ofrecida a los transportados para empezar una nueva vida. La familia, viendo el cerco que cada vez era más estrecho y amenazante, optó por esconderse…

Las informaciones entregadas por Rosina Asser Pardo son completadas por tres entrevistas, realizadas en 1981 en las que las mujeres relatan sus respectivas experiencias padecidas. El calvario presentado se acompaña con diferentes ilustraciones que van desde fotos de la joven y su familia a la reproducción facsímil del cuaderno, su portada y algunas de las páginas manuscritas. No sería justo, en esta cuidada edición en todos los aspectos (formato, reproducciones fotográficas y otras, etc.), ignorar el Postfacio de Álvaro García Marín, «El cuaderno rojo de Rosina Pardo frente al Holocausto», en el que se ofrece un detallado análisis, setenta páginas repletas de rigor e información, sobre la presencia de los sefardíes, judíos españoles, en tierras de Salónica y los Balcanes, ofreciéndose la historia de dicha presencia e instalación. Se presta atención a los tiempos de la segunda guerra mundial, y la práctica de la pretendida solución final efectuada por los nazis, Se detiene igualmente Álvaro García Martín en los años posteriores a la guerra, y en el despertar de la memoria judía en Grecia, prestando una honda atención al diario publicado y a otros ejemplos del género, subrayando la singularidad de los diarios debidos a sefardíes, considerándolos formas de memoria y resistencia, performatividad imperando (decir y al tiempo hacer; hacer cosas con palabras que decía el otro) al denunciar la infamia. No falta la mención del diario de Anna Frank, en sus coincidencias y diferencias con respecto al texto presentado: ambas jóvenes, viviendo en un país que en principio no era el suyo, abarcando, no obstante, el retrato ahora publicado una ampliación que de la experiencia personal se desliza al de una comunidad en su totalidad; por otra parte, los años siguientes a la escritura fueron realmente distintos: Frank asesinada en Auschwitz, Pardo habiendo sobrevivido y siendo dueña, en todo momento y sin posibles tergiversaciones, de sus páginas escritas.

Artículo completo en kaosenlared.net

#LibrosContraLaGuerra

Información adicional
colección

transversales, 9

ISBN

978-84-125121-8-2

año de publicación

2023

Páginas

178

tamaño

210 x 210 mm