Fatima Mernissi

Traducción de Inmaculada Jiménez Morell

Una aportación de la pensadora marroquí al análisis del conflicto entre Islam y democracia, y el miedo a Occidente, al individualismo, a la libertad de opinión… todo ello en el marco del nuevo orden mundial establecido por la primera Guerra del Golfo.

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Descripción

Aun sin contemporizar, sino todo lo contrario, con la brutalidad y estulticia de Occidente al tratar lo islámico (desde la incomprensión al bombardeo), plantea el meollo del actual desgarro musulmán: aceptar el individualismo, los derechos humanos, la democracia, o reprimirlo todo en nombre de Dios. Mernissi recalca en todo momento la relación inconsciente entre lenguaje y represión, entre raíces semánticas y miedo a lo imponderable, a la contradicción: sobre todo, miedo a la mujer, ese enemigo.

Miguel Bayón, «La mujer, ese enemigo», El País/Babelia, 18/7/1992

La marroquí Fátima Mernissi es de las que creen que las libertades no llegarán al mundo árabe y musulmán en la punta de los rifles, cañones y misiles de un Estados Unidos desacreditado por su belicismo, su doble rasero y su desprecio por los derechos humanos de terceros. En estos momentos las dos ocupaciones ilegales de tierras árabes —la de Irak por Estados Unidos y la de los territorios palestinos por Israel— solo alimentan el odio y la desesperación, contribuyendo a dar consistencia a los argumentos de los islamistas más radicales y a ampliar su cantera de reclutas. Mernissi, por el contrario, piensa que las libertades solo pueden germinar en el mundo árabe y musulmán desde dentro, y que el papel de Occidente en ese proceso debería consistir en apoyar de modo comprometido a las sociedades civiles que emergen en su seno. De lo que tiene sed la gran mayoría de musulmanes no es de sangre, sino de libertad, justicia, dignidad y paz.

Por último, Mernissi intenta, en Islam y democracia, desmontar la tesis que proclama la incompatibilidad entre esa religión y el menos malo de los sistemas políticos inventados por la humanidad».

Javier Valenzuela, «Un mundo sin miedos ni fronteras», El País/Babelia, 18/10/2003

 

h a b l a  F á t i m a  M e r n i s s i  d e  i s l a m  y  d e m o c r a c i a

Cuando los europeos dicen que el islam no es compatible con la modernidad, ¿a qué islam se refieren: al de quince siglos de experiencias que abarcan desde Indonesia al Senegal, al de la modernidad del emir del Golfo, al del chófer del emir o al del emigrado palestino que trabaja para el emir? Creo que un musulmán sería un estúpido si no utiliza- se los beneficios que le reporta la modernidad: el teléfono, el fax, el ordenador, el coche; Jomeini utilizaba la casete; pero queda un espacio al que no llega esa modernidad: los derechos humanos…

Es imposible utilizar a Mahoma para cerrar el paso a la democracia… si tomamos el período entre 622 y 632, el islam se muestra abierto a la igualdad entre hombre y mujer; éstas accedían a la mezquita y tenían el estatuto de discípulas del profeta. Si tomamos ese período es difícil hacer de la religión un instrumento que bloquee la democracia».

Entrevista con Francesc Valls, El País, 12/6/1992

El islam fanático es un buen negocio que empezó en los años setenta: si querías lanzar mensajes fanáticos, podías encontrar muy fácilmente una editorial que los editara, sostenida por dinero saudí. Y Occidente conocía esto, pero estaba en contra de la democracia en el mundo árabe, porque la democracia nos identificaba como aliados del comunismo. De manera que los occidentales permitían y fomentaban el integrismo. Hay muchos hombres y mujeres progresistas en el islam que dicen: «Oh, ¿por qué tenemos que hablar de religión?; deberíamos, simplemente, defender nuestros derechos». Pero yo personalmente no sé por qué debo dejar todo eso en manos de los fanáticos.

Rosa Montero, «Fátima Mernissi, la hija del Harén», El País Semanal, s.d.

El islam se presenta en nuestro días como el bastión del despotismo fanático, donde la razón no tiene lugar. Yo quiero dibujar una imagen más matizada del islam.

El obstáculo a la democracia no es el islam, sino su utilización por los déspotas para dar una legitimación sagrada a su barbarie… Declarar que el individuo y su libertad son supremacías ineludibles [añade] no es exclusivo de Occidente. Es el individualismo occidental, feroz y desvinculado, lo que Oriente teme.

José Antonio Marina, «La frase», El Mundo, 11/5/2003

 

Información adicional
Colección

Sociedades, 3

ISBN

978-84-96327-29-0

Año de publicación

2007 (1ª 1992)

Páginas

296

Tamaño

210 x 125 mm

Peso

333 g

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