SOBRE LOS PATRIOTAS Y EL AMOR A LA PATRIA Nâzim Hikmet declara ante el Tribunal de Primera Instancia de Estambul en el juicio que se le sigue por actividades subversivas. Fuat dobló el periódico con rabia: —Nuri Cemil habla del amor a la patria —dijo—, ¡sin ninguna vergüenza habla del amor a la patria! Süleyman replicó divertido: —Por fin te he visto enfadado. ¿Qué te creías? Por supuesto que habla. Por un lado venden la patria, y por otro hablan así ¿Tienen amor a la patria estos cabrones? ¿Qué clase de amor a la patria? Es amor por un escaño, un almacén, una fábrica, una granja, un edificio. Quítales sus edificios, su capital, quítales su escaño, y para esos tipos la patria será entonces tierra enemiga. Así ha sido siempre la historia. En la revolución francesa, sus nobles guiaron a los ejércitos enemigos para aplastar a Francia y salvar la monarquía… Y los que movieron los hilos de las tropas de los rusos blancos, de Vrangel, Kolchak y Denikin, fueron los capitalistas alemanes, ingleses y japoneses. Y entre nosotros, la sublime dinastía otomana y su entorno, junto con los bancos londinenses y Venizelos marcharon codo con codo para arrebatarle Anatolia al pueblo turco. Y hasta el líder nacionalista chino Chiang Kai-shek, con dinero norteamericano y armas japonesas… Fuat interrumpió a Süleyman: —En la novela La condición humana de Malraux a los obreros chinos los queman en las calderas de las locomotoras… Süleyman siguió: —Franco, «el patriota más grande» de la Península ibérica, lanzó a los moros marroquíes y los aviones alemanes contra la patria del frente popular español. Y el mariscal Petain, el héroe de Verdún, que, por miedo a los obreros franceses, entregó Francia al enemigo… ¿Tienen amor a la patria estos cabrones? ¿Pero qué amor patrio? falso patriotismo Nâzim Hikmet Paisajes humanos de mi país poesía poesía turca PrevNext