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Paisajes humanos de mi país, la obra más importante del poeta turco Nazim Hikmet, escrita durante los trece años que permaneció en las cárceles de su país.

Con esta obra, Nâzim Hikmet se propuso romper las fronteras entre los diversos géneros literarios. De hecho, en este largo poema encontramos frecuentes escenas dialogadas, incursiones en la historia y, sobre todo, una composición cinematográfica, una arquitectura que debe mucho a la técnica del guion cinematográfico con la que Nâzim estaba sobradamente familiarizado1. Desde el comienzo del poema, en la estación de Haydarpaşa, en la orilla asiática del Bósforo, el tren cumple una doble función. Por un lado, es el escenario donde intervienen —además de los presos, entre ellos Halil, trasunto del poeta— una multitud de personajes que, a través de sus conversaciones y ensoñaciones, permiten al poeta proyectar frente al lector —como el espejo stendhaliano, pero también como lo haría una pantalla de cine— su visión de la sociedad. Mientras los diálogos ahondan la formidable caracterización física que hace de los protagonistas, sus ensoñaciones —a manera de secuencias retrospectivas o flashback— permiten al poeta retrotraer también en el tiempo su particular visión de los paisajes de su país. Pero, por otro lado, el tren es también un trávelin que, en un prolongado recorrido circular, pautado por los traslados de los presos, recorre las tierras de Anatolia.

1 De hecho, el poeta ya había escrito un guion, basado en un relato de Selma Lagerlöf, durante su estancia de dieciséis meses en la cárcel de Bursa entre los años 1933-34. Al salir en libertad, en agosto de 1934, gracias a la amnistía decretada para conmemorar el décimo aniversario de la república, trabajó para los estudios Ipek Film escribiendo guiones, doblando películas y ejerciendo de ayudante de dirección de Muhsin Ertuğrul, por aquel entonces el director de cine turco más prestigioso. El propio Nâzim dirigió y escribió dos documentales (Sinfonía de Estambul y Sinfonía de Bursa, ambos en 1934) y un largometraje (Hacia el sol, estrenado en 1937).

 

 

 

Las escenas se suceden en el libro, desde la vida en prisión del poeta Halil, trasunto del autor, hasta

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Nâzim Hikmet y otros presos en la cárcel de Bursa.

las escenas de la guerra de Independencia turca, la resistencia del pueblo ruso frente a la invasión nazi o el fusilamiento del escritor francés Gabriel Peri.

Como muestra del estilo de Hikmet, sirva esta recreación de una de las cartas recibidas de su mujer:

 

 

Cariño,
tengo tanta confianza en ti
que quiero ser como tú.
Hemos vivido cinco años con normalidad,
el resto lo has pasado en la cárcel.
No es que me queje,
nuestra vida ha sido hermosa también así.
Estés donde estés,
lejos o cerca,
uno se deja llevar por tu pasión.
Tú eres una pasión humana,
(qué palabras tan extrañas,
el fez de mi abuelo en la cabeza
y una barba canosa, sin bigote y bien recortada,
pero son mis palabras).
Ya lo ves, oh alma de mi cuerpo
(¿se puede decir así?,
pues así me ha salido de adentro),
la verdad es que no sé expresarme por carta.
En mi boca se amontonan palabras para decirte.
Dejemos la pluma y el papel,
estar cara a cara
y hablar contigo:
al lado de tu voz
oír mi propia voz.